5.5.13

Chuletas Ahumadas con Chile Ancho y Piña, y lo Difícil de Escoger un Favorito.



Hoy me gustaría contarte, si es que llego a descubrirlo, si es que hubo algún indicio en los días de ayer sobre este gusto ahora tan marcado sobre la cocina. La verdad es que es muy fácil, o por lo menos debería de serlo, describir las cosas que más nos gustan, aquellas cosas que estrictamente catalogamos como 'favoritos'. Si tu eres de aquellos que pueden determinar lo que más les gusta de determinado campo o situación, de verdad que eres afortunado.



Yo me siento bastante perdido y desorientado después de la pregunta 'cuál es tu ___ Favorita?'. Puedo hasta molestarme tratando de encontrar qué es lo que más me gusta. Yo creo que son líos de la edad o simplemente de una mente tan distraída que no puede focalizar el gusto sobre una cosa. Tal vez la pregunta sería ¿por qué tenemos que tener cosas favoritas? No podríamos, simplemente, querer y emocionarnos un montón por un montón de cosas? Quién sabe.... Lo único que sé es que antes no me daba trabajo determinar qué era lo que más me gustaba, y menos de comer.

Por eso hoy haremos Chuletas Ahumadas con Chile Ancho y Piña, porque es una receta de mi mamá de esas que te hacen el día de tu cumpleaños... Sí, así de claro tenía que era lo que más me gustaba, o por lo menos durante esa temporada.

Extrañamente, muchas de las cosas que recuerdo como favoritas de la niñez me causan ahora un poco de aversión: la sopa de munición con salsa tabasco, el espagueti con salsa de jitomate cremoso y otro par de los que ya no me acuerdo, por fortuna fueron más los que se salvaron del contentillo.

Esta receta pertenece a la compilación de -Recetario de Universitario- porque no se necesita más que una sartén honda o una cacerola, tijeras, tabla y cuchillo. Así que pudo ser una alternativa eficaz para combatir al menú maléfico y hacer una comida que además de combinar chile, fruta y carne, tiene un muy marcado sabor a recuerdo de la niñez.










En fin, ojalá encuentres en ésta receta esa emoción que sentía yo cuando la probaba el día de mi cumple, o algún día que sin más le decía a mi mamá que si hacía 'carnita con piña'. Recuerda que el secreto para esta receta no es el jugo de naranja, ni la mantequilla, ni cortar el chile con tijera ni tampoco prepararla un día antes, sino más bien prepararla como un regalo para alguien que consiste no sólo en un plato agridulce sino en un momento para compartir.


LOS INGREDIENTES:

  • Chuleta Ahumada ( Que tenga huesitos para morder antes de la sobremesa )
  • Piña. La piña miel es más dulce, pero no es tan fácil de conseguir. Si eres más universitario que Señora (léase Señora como alto rango jerárquico), lo conveniente es comprar piña en almíbar que ya viene picada y todo.
  • Chile Ancho. Si no hay ancho puedes utilizar cualquier chile seco de color oscuro (pasilla, morita, mulato...)
  • Cebolla blanca cortada en medias lunas.
  • Naranja. Si no tienes un mercado cerca, puedes utilizar boing de naranja u otro jugo de paquetito, y sólo en una situación desesperada utilizar algún refresco de naranja. En serio ;)
  • Para lograr un sabor más delicioso, aunque se puede prescindir de ellas, se utilizan tomillo y Laurel. En las tienditas de las esquinas suelen venderlos como 'hiebas de olor'
  • Mantequilla
  • Aceite
PROCEDIMIENTO:

  1. En la sartén, derretir mantequilla suficiente para dorar las chuletas. Dos cosas importantes: las chuletas no tienen que estar sumergidas en la mantequilla, sólo tienen que dorarse como si fuera un poco de aceita; y segundo, siempre que derritamos mantequilla habrá que añadir un chorrito pequeño de aceite para evitar que se queme y se haga café dando un saborsito a quemado que no necesitamos en ésta receta (y no sé si en ninguna otra).
    Doramos las chuletas por ambos lados tanto como se quiera, cuidando que no se convierta eso en un festival de la chuleta carbonizada.
  2. Una vez doradas las reservamos en un lugar a temperatura ambiente.
  3. En la misma sartén y con los residuos de mantequilla y aceite ya saborizados con la carne, añadimos el chile ancho cortado con tijera en tiras de un cm más o menos (los chiles se cortan en sentido perpendicular de la ramita). La cantidad del chile que yo utilizo es un chile ancho por cada dos chuletas, aunque si utilizan más no tengan miedo de que quede muy picante, pues son chiles muy amables e incluso clasificados (por mi) como chiles dulces.
  4. Cuando los chiles hayan ablandado, y antes de que empiecen a quemarse (unos 3 minutos), se añade la cebolla cortada en medias lunas y se mueve con regularidad para que se impregne de aceite y empiece a hacerse transparente. 
  5. Con la cebolla, se añade una hoja mediana de laurel por cada dos pechugas, y también un equivalente de tomillo seco o fresco.
  6. Antes de que la cebolla esté suave, hay que añadir la piña cortada en pedazos pequeños, como de dos cm. El tamaño de la piña es muy personal, pero si se corta muy muy pequeña hará una especie de puré y no queremos un platillo batido, y si se corta muy grande no soltará su sabor ni se impregnará tampoco de los otros.
  7. Cuando la piña esté todavía firme, pero cocida, se añade jugo de naranja suficiente para apenas cubrir las chuletas (imaginando que se encuentran dentro de la sartén, recuerda que las tenemos reservadas en otra parte). Yo hice 4 chuletas y le puse el jugo de dos naranjas grandes.
  8. Una vez que añadimos la naranja, bajamos la lumbre (sí la lumbre, que es una palabra que me encanta y que utilizo a la menor provocación) y esperamos a que suelte el hervor.
  9. En cuanto empiece a hervir, incorporamos las chuletas y movemos para incorporar todos los ingredientes. Esperamos a que vuelva a hervir y dejamos un rato para que se incorporen todos los sabores.

El plato tiene sabores fuertes que van mejor con algo ligero para acompañar, como una ensalada verde muy sencilla o arroz blanco o simplemente un rico pan de sal. Lo único que no puede faltarles para darle al platillo un toque especial, es una grata compañía o por lo menos un muy buen humor y muchas ganas de regalarse algo rico con sabor a piña, naranja, chuleta y chile.

Me encantaría leer cómo te fue con la receta, si tienes algún platillo favorito o qué te cocinaban a ti en tu cumpleaños. A la fecha te puedo confesar que mi comida favorita son las enchiladas, aunque creo que es un poco trampa porque hay mil tipos de enchiladas: las suizas, las suizas de mi mamá (que compartiré eventualmente), las verdes, las de mole, las potosinas, las de sanborns... Es más, si somos un poquito barcos podríamos hasta decir que las enfrijoladas son unas enchiladas de frijol, o quién nos va a decir lo contrario?

2 comentarios:

  1. El día de hoy voy hacer esta receta a ver que tal me queda esperó le guste a mi marido

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario Laura Elena! espero que les haya gustado mucho Ü

      Eliminar

Me encantaría conocer tu opinión: